[AUDIOS] Las Paredcitas (Parte I): La memoria ranchera sudcaliforniana contra Desarrollo Zapal/Minera Los Cardones
En el 2008 los representantes del capital minero canadiense Vista Gold llegaron al rancho las Paredcitas, en las inmediaciones de la Sierra de la Laguna, para reunirse con el propietario del predio, don Jorge Cordero Cordero. El objetivo fue negociar el inicio de exploraciones en el cerro Paredones Amarillos. Dice don Jorge que el no tenía conocimiento de lo que implicaba una mina como esta, por lo cual firmó un contrato de arrendamiento para que ingenieros pudieran acceder a su predio y barrenarlo, para determinar la pertinencia de destrozarle las entrañas a la Sierra de la Laguna. En abril del 2009, cuando el plan de la empresa era iniciar trabajos de explotación, la familia de don Jorge se dio cuenta que la cosa iba más allá, por lo que decidieron por dos semanas, cerrarle el pasó a la maquinaria que buscaba ya, acabar con el cerro Paredones Amarillos. Nadie se enteró de esa lucha impulsada por los y las rancheras sudcalifornianas.
5 años después, el proyecto minero Los Cardones (antes Paredones Amarillos) de la empresa de Ricardo Salinas Pliego, Desarrollo Zapal, no quita el dedo del renglón y desde hace un par de meses a través de los cuerpos de seguridad de Adamantium Security, amedrentan a todos y cada uno de la familia de don Jorge para que abandonen el rancho y poder así, culminar el incesante deseo de acumulación capitalista.
Las Paredcitas (Parte I): La memoria del rancho sudcaliforniano contra Desarrollo Zapal/Minera Los Cardones
Al mero estilo pozolero; amenazante y frente a la mirada desconcertada de los niños y las niñas del rancho Las Paredcitas; César, uno de los guardias contratado por Desarrollo Zapal/Los Cardones le advertía y señalaba a su jefe inmediato de apellido “Zamudio”: “ahí está toda la familia, hay que echarles ácido y meterlos a todos aquí para que se mueran”.
Ese tal “Zamudio”, que el 4 de abril era el supervisor de seguridad de Adamantium Security, una de las empresas de Grupo Salinas, tenía la encomienda de coordinar el hostigamiento de todos en el predio, hasta consumar el despojo del territorio y disminuir los contratiempos al máximo para que la minera Los Cardones iniciara con la extracción de oro en la Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna. Se trataba de coordinar un despojo histórico por cierto, ya que la familia de don Jorge Cordero, posesionario de más de 1700 hectáreas, tiene una memoria que se fue tejiendo en los más de 200 años que vienen habitando la zona. Aquel sábado 4 de abril, de madrugada, entre los golpes que le daban a don Jorge, a su hija Verónica, a su nieta de 10 años, y teniendo de testigo los ojos de la familia completa, el mismo “Zamudio”, amenazante les informaba a todos: “pues tenemos ordenes de sacarlos vivos o muertos de aquí, a como sea los vamos a sacar”
Un mes atrás, el 4 de marzo por la madrugada, “Zamudio” junto a más de veinte “valientes” guardias de la Minera Los Cardones rodearon a Rodolfo Nava Rojas, “amigo” de la familia y que en ese preciso momentos era el encargado del rancho. Más o menos a las 3 de la mañana, como por lo regular, estaba dormido. Rodolfo cuidaba el rancho mientra don Jorge iba a la ciudad de La Paz para revisarse y tratar el cáncer de hueso que le detectaron desde hace unos meses. El 3 de marzo por la mañana, llegó don Jorge con su familia para llevarle comida y una pachita, que le ayudara a pasar el tiempo. Luego se enteraron que ese día estaban entre los matorrales de la sierra, escondidos, cerca de 30 guardias esperando la orden para iniciar con la operación. Llegó la madrugada, y a Rodolfo lo despertaron las sogas en su cuerpo y las amenazas de muerte. Salieron desde las sombras de los arbustos con ordenes bien claritas: acabar con Las Paredcitas. Creyeron haber cumplido al pie de la letra las ordenes de sus superiores, no dejaron absolutamente nada. Desmantelaron los corrales con el ganado (13 vacas); deshicieron la casa; perdieron el refrigerador, el horno y las placas solares; hicieron pérdediza la ropa, los colchones, las cobijas que permitían pasar la fria noche de la Sierra. Se llevaron todo lo que pudieron; destrozaron todo lo materialmente destrozable.
Sin embargo, ni uno de los guardianes de la empresa minera imagina hoy, un evidente fracaso. No se dieron cuenta que dejaron intacto los Paredones Amarillos, que es el cerro donde la mamá de don Jorge, doña Candelaria, trabó el palo de arco para levantar su segunda casa, arropando así a sus pequeños hijos, con lo que tenía a la mano. Ni uno de los mercenarios olio siquiera el viejo y enorme árbol de guamuchil enraizado en el corazón del rancho, que bajo su sombra se han cobijado desde siempre don Jorge, su esposa doña Loreto, sus hijos Cristian, Jorge, Xochitl, America y Veronica. Nunca imaginaron esas bestias que el tenue sonido del agua corriendo el arroyo que atraviesa el predio, contaba la historia de los abuelos, que decidieron bautizar a lado de sus aguas hace más de 200 años, El Encantado, rancho meramente, levantando el corral falso y organizando su huerta en el segundo piso del arroyo. Se entretuvieron robándose las borregas, y perdieron de vista las grandes paredes de roca amarrilla que encausan las aguas y que dieron por cierto, el nombre a “Las Paredcitas”. En efecto, la avaricia y el deseo del oro en las entrañas de la sierra acabaron con lo poco que materialmente pueden tener los rancheros, pero se olvidaron de lo mucho que traen estos a cuesta: la memoria.
Y la memoria de los abuelos es precisamente lo que mantiene la resistencia. En cuanto pudo regresó don Jorge a la Sierra a pesar de sus cansados 75 años de edad. Llegó de nuevo con su familia, aguantado el insistente “vayanse a la verga” de los guardianes del señor Salinas Pliego. Desde el 5 de marzo de este año, no hay día que no hayan sido objeto de hostigamiento por quienes representan a los capitalistas mineros que [parafraseando al finado Galeano] “como unos puercos hambrientos ansían el oro”. Sin embargo, don Jorge Cordero Cordero, es categórico ante las amenazas del Grupo Salinas Pliego: “Yo no me voy de aquí porque aquí nacieron mis abuelos, mis bisabuelos, mi madre, mis hijos. No voy aceptar absolutamente nada de la minera, aquí nos vamos a quedar y que le hagan como quieran”
Continuara…
AUDIO DE DON JORGE CORDERO, POSESIONARIO DEL PREDIO “EL ENCANTADO”, EXPLICANDO A LA CARAVANA CONVOCADA POR EL FRENTE CIUDADANO EN DEFENSA DEL AGUA Y LA VIDA, EL HOSTIGAMIENTO DE LA EMPRESA MINERA “DESARROLLO ZAPAL/LOS CARDONES”
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Publicado el 27 abril, 2015 en Sin categoría y etiquetado en Las Paredcitas. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
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