[FORO UABCS] MINERA LOS CARDONES CONTRA EL RANCHO SUDCALIFORNIANO: INDICIOS DE UN DESPOJO FRACASADO

UABCS, escuchando el testimonio de la familia Cordero

UABCS, escuchando el testimonio de la familia Cordero

Para la gran mayoría de los universitarios hoy fue un día como cualquier otro: el cigarro mañanero con su respectivo café del Oxxo; una disertación crítica en un salón semi-vacío sobre los grandes problemas del mundo globalizado; discusiones de pasillo sobre desvío de fondos de pensionados y jubilados; firmas de convenios con el gobierno federal y una que otra universidad extranjera; solicitudes de exámenes, ¿burritos o empanas? ¿pepsi o coca? ¿entro o no? Ante el bullicio de la vida universitaria poc@s se dieron cuenta cuando bajaron de su camioneta don Jorge Cordero, doña Loreto, su hija Verónica, su nuera Marisela, sus nietas y una de sus sobrinas, que cargaba entre sus brazos, como un tesoro, el marco con una foto casi en sepia.

El lunes 27 de abril tres estudiantes [uno de la carrera de historia, otro de filosofía y otro de algo que le llaman Globalización y Desarrollo Sustentable] zarparon rumbo al rancho Las Padercitas, ubicado en las inmediaciones de la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna y al mismo tiempo, enclavado en el corazón del emplazamiento minero de Los Cardones [proyecto promovido por la empresa Desarrollo Zapal, que es filial del Invecture, donde uno de los principales inversionistas es Ricardo Salinas Pliego]. Fueron porque les platicaron que Los Cardones, a través de la empresa Adamantium Security del Grupo salinas, intentó despojar a la familia Cordero Rodríguez del predio El Encantado, y los hostiga cotidianamente, y amenazó de muerte a toda la familia, porque según los guardias de seguridad tenían órdenes de sacarlos vivos o muertes del lugar. Al llegar al rancho los recibieron Cristian, Marisela, don Jorge Cordero y doña Loreto Rodríguez. A la orilla del arroyo, frente al cerro de Paredones Amarillos, don Jorge y doña Loreto les platicaron cómo fue que en la madrugada del 4 de marzo un grupo de más de 30 encapuchados llegaron al rancho y lo destrozaron todo, desaparecieron la mayoría de las cosas y otra parte, muy pequeña, la escondieron entre la sierra. El 5 de abril que regresó la familia completita, dice doña Loreto, se encontraron con la triste sorpresa.  Después de saber el hostigamiento cotidiano -como si se tratara de una guerra de baja intensidad-, y las amenazas de muerte de la que fue objeto la familia, el par de jóvenes les propusieron llevar esta historia a la Universidad Autónoma de Baja California Sur. Seguramente esperaban que así como la realidad les empezó a hacer corto circuito a ellos, les sucedería a sus compañeros de clase (aula) y a una que otra maestra, doctor, pos-doctor y pos a quien se le atraviesa la historia de este despojo frustrado.

La familia Cordero contando los indicios de un despojo fracasado

La familia Cordero contando los indicios de un despojo fracasado

     El 4 de mayo pasado, tres meses después de la destrucción del rancho, el rancho llegó a la UABCS a buscar hacerle corto circuito a la teoría. Al 10 para las 12 del mediodía, la familia Cordero, caminó rumbo al auditorio de edificio de Ciencias Políticas y Administración Pública, que poco a poco, conforme pasaban los minutos, empezaba a llenarse de estudiantes universitarios y académicos de esa casa de estudio. Don Jorge miraba desde una esquina las caras nuevas. No reconocía nadie, y nadie los reconocía a ellos. La diferencia visible entre unos y otros,  era la fotografía en las manos de la sobrina, que al momento de sentarse en la mesa principal, la pusieron delante de tod@s: “esta es nuestra familia” dijo don Jorge. No sabíamos que esa imagen en sepia era el argumento principal para sostener lo que reiteradamente Verónica y Marisela mencionaron a lo largo de la charla: “don Jorge dice que del rancho no lo saca nadie, y si sale, será muerto”.

Don Jorge les platicó a todos que en el predio del Encantado, donde se ubica su rancho las Padercitas, nació su familia: de sus abuelos hasta sus hijos. Históricamente los Cordero han practicado la sierra de la laguna, con muchísimas carencias pero relativamente tranquilos, y felices. Hasta que el olor a oro llegó a las narices de los puercos capitalistas. Él sabe que oro siempre ha habido en la sierra. Ni ocupaba de ninguna empresa minera extirpando nada de sus entrañas, ni que le dijeran los especialistas de la riqueza en donde construyeron su rancho. Dice don Jorge que su madre, Doña Candelaria Cordero, ya viuda, se volvió gambusina, lo que le permitió sostener a sus siete hijos. Cuando sacaba unas cuantas pepitas de oro, dice don Jorge que lo mandaba a Valle Perdido, una comunidad a aproximadamente 18 kilómetros de su rancho, para llegar a la casa roja e intercambiar el oro por mandado. El oro, el ganado y el huerto es lo que les permitió por más de 200 años vivir en esa zona del mundo, y echar raíces, y defender el territorio con su vida.

Dicen que las cosas se transformaron cuando las empresas capitalista mineras llegaron a la sierra. El oro en sus entrañas, trastocó fuertemente la vida cotidiana en el rancho. La tranquilidad empezó difuminarse, a tal grado, en el año 2009 la familia Cordero defendió la sierra con sus cuerpos, acampando por más de dos semanas en las brechas del cerro de Paredones Amarillos, para que Vista Gold, en ese entonces capital minero que buscaba la explotación del lugar, no metiera la maquinaria pesada para empezar su proyecto. Nadie en ese auditorio sabía que el rancho, que su gente, hace más de un lustro ya había empezado la resistencia y la lucha contra la minería tóxica en Baja California Sur.

Y efectivamente, como supusieron algunos estudiantes, la experiencia compartida del rancho y del intento de despojo por parte de la minera Los Cardones, hizo cortocircuito en los asistentes. Muchas manos arriba, muchas propuestas surgieron para solidarizarse con la familia, muchas historias se empezaron a tejer en nuestras cabezas. Ahí mismo, se acordó que se haría una asamblea para definir un programa de acción, el día jueves 7 de mayo en el edificio de Humanidades, a las 5 de la tarde.

Después de cerca de dos horas de darle oportunidad a la palabra, y sobre todo, al oído, todo acabo, aparentemente. Verónica, Marisela, sus hijas, Don Jorge, doña Loreto y su sobrina se regresaron al rancho. Ese día para una minoría en la universidad, entre estudiantes y académicos, no fue como todos los demás días. El dialogo entre el rancho y los universitarios se inició. La posibilidades para la resistencia contra la minería tóxica, se están ensanchando.

LAS PADERCITAS: INDICIOS DE UN DESPOJO FRACASADO 

Publicado el 5 mayo, 2015 en Sin categoría y etiquetado en . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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