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[DESPRECIO] Violencia territorial en Todos Santos: comunidades modernas de MIRA Companies y Tres Santos
PRIMERA DE TRES PARTES: DESPRECIO
Por Benito/Radio Zapatista Sudcaliforniana
MIRA Companies es una corporación turística/inmobiliaria que desde hace poco más de un año pisó tierra sudcaliforniana para desarrollar lo que ellos llaman comunidades modernas, las cuales por cierto las etiquetan como social y ambientalmente responsables. Esta corporación tiene tres grandes proyectos en México. Uno en Monterrey, otro en Cancún y otro más en Todos Santos. En Todos Santos lleva el nombre de Tres Santos, proyecto que dio inicio a su primera fase de construcción hace cerca de un año con una serie de irregularidades jurídico administrativas por delante y mucho descontento de la población local, fundamentalmente de pescadores ribereños nucleados en la Cooperativa Punta Lobos. No obstante, esta empresa empezó a enquistarse en un sector de los grupos de poder y algunas instituciones educativas del Estado, lo que ha le ha hecho ganar esbirros que promueven su legitimación. Trabajo que se les complica, toda vez que el proyecto prevé desarrollar alrededor de 5 mil casas, cientos de cuartos de hotel, playas privadas y centros comerciales en una zona que carece de agua.
Estas comunidades verdes que buscan imponerse en el pueblo de Todos Santos, de hacerlo, lo harían edificadas sobre un proceso violento de destrucción territorial. Esto no debería extrañar a nadie. El capital siempre ha funcionado así, depredando lo que le viene al paso. No importa que enjuaguen sus discursos con la jerga conservacionista de moda. El capital del siglo XXI sigue siendo igual de depredador que el del siglo pasado, aunque hoy busquen arroparlo con los harapos de una tierna ovejita sustentable.
El telos capitalista sigue siendo la acumulación en pocas manos, lo que ningún especulador financiero podrá lograr hacer si no es a través del despojo; la explotación pseudo racional de los recursos naturales y la fuerza de trabajo; el desprecio a las culturas enraizadas en los espacios intervenidos por el capital y la represión de aquellos que dignamente deciden defender su territorio. Cada uno de estos procesos traen implicitos a corto, mediano y largo plazo, sus propios procesos de destrucción.
El objetivo de esta comunicación es compartir una primera reflexión (de 3) sobre las inherentes implicaciones que tiene un proyecto turístico como el de Tres Santos en Baja California Sur, pero particularmente, sobre el desprecio histórico-cultural contra la comunidad de Todos Santos, implícito en el proyecto inmobiliario de MIRA companies.
Las comunidades modernas de MIRA Companies: la doble negación del territorio
No existe territorio que esté absolutamente determinado por la tenencia de la tierra. Al igual que algunos estudiosos de la cultura como el colombiano Arturo Escobar, nosotros reconocemos en el territorio un “espacio colectivo, compuesto por todo el lugar necesario e indispensable donde hombres y mujeres, jovenes y adultos, crean y recrean sus vidas”. Sin exagerar, podriamos decir que es en el territorio donde se juega la continuidad histórica de una comunidad.
Desde esta perspectiva, estamos pensando el territorio sobre todo en términos de apropiación del espacio. Escobar sugiere que esta apropiación es “mediante prácticas culturales, agrícolas, ecológicas, económicas” fundamentalmente locales, lo que nos permite alejarnos de la idea del territorio pensado desde el marco del Estado-Nación. Una perspectiva que por cierto, ha alimentado la idea de patria. La patria, como la comunidades emergentes del capital verde son un falso artificio imaginario orientado fundamentalmente por los poderosos para controlar territorios. Para nosotros es mucho más pertinente hablar de la matria, como lo hizo el historiador Luis González. Las matrias son el “pequeño mundo que nos nutre, nos envuelve y nos cuida de los exabruptos patrióticos, al orbe minúsculo que en alguna forma recuerda el seno de la madre cuyo amparo, como es bien sabido, se prolonga después del nacimiento.” (GONZALEZ 1986). Valdría añadir que las matrias se fundan en contextos bien definidos y relativamente pequeños, es decir, puede ser un valle estrecho, una cañada serrana, una meseta compartida, la cuenca de un río o una playa como Punta Lobos; y en ese sentido, las prácticas sociales de sus habitantes están íntimamente relacionadas con estos lugares.
En el mismo sentido que Escobar, el brasileño Carlos Walter Porto-Gonçalves (2009) menciona que el “territorio es espacio apropiado, espacio hecho cosa propia, en definitiva el territorio es instituido por sujetos y grupos sociales que se afirman por medio de él”. Lo que significa que el territorio no solo es hecho para sí por sujetos o grupos sociales, sino además, determina la forma de ser individual y colectiva de dichos grupos. Por ejemplo, la playa de Punta Lobos no solo ha sido practicada históricamente por los pescadores de Todos Santos, además y al mismo tiempo las formas de vida de los pescadores y sus familias dependen y están determinadas por la Punta Lobos. Y no lo decimos solamente en términos materiales. Como sugerimos líneas arriba, en los territorios está acumulada la historia de una comunidad, lo que nos permite pensar que destruir el territorio es al mismo tiempo destruir la memoria histórica de un pueblo.
No obstante a esto que comentamos, el capitalista no ve territorios en los lugares donde busca iniciar el proceso de acumulación. Ve propiedades, porque esto le permite privatizar o despojar el espacio habitado por otros. Por ejemplo, MIRA companies es una corporación capitalista que, según su página web (https://www.miracompanies.com/), tiene como objetivo fundamental, edificar comunidades artificiales en espacios urbanos y semi-urbanos ya habitados, “integrando espacios residenciales, oficinas, comercios, parques e infraestructura”. No les importa si en esos espacios hay una historia por contar, una o dos o tres culturas que han permitido la producción de este espacio, una manera específica en la que hombres y mujeres están enraizados a su terruño, a su matria, que les ha permitido de una y otra manera reproducirse en el tiempo. Lo que le importa a los capitalistas, en este caso a los ejecutivos de MIRA companies -que no por hablar de sustentabilidad y responsabilidad social dejan de serlo-, es articular “una visión de futuro con conectividad, diseño y seguridad, sentando bases sólidas para lograr una comunidad moderna y pujante”. Es evidente que la comunidad en la que montaran su modernidad no es por sí misma redituable, por eso la niegan categóricamente.
Y es importante mencionar que esta negación es doble: teórica y práctica. Por un lado MIRA Companies quiere construir una comunidad moderna y pujante en Todos Santos, y lo que por exclusión nos sugiere es que la comunidad que existe ni es moderna, ni es pujante e incuso, en el fondo para esta corporación ni es comunidad. Evidentemente ésta mirada está cargada de un colonialismo recalcitrante. Tzvetan Todorov (2011) tacharía seguramente este discurso de etnocéntrico. El etnocentrismo según dice el mismo Todorov “consiste en el hecho de elevar, indebidamente, a la categoría de universales los valores de la sociedad a la que pertenecen”. En ese sentido una mirada etnocéntrica es siempre violenta, en tanto supone la superioridad de determinadas formas culturales o instituciones sociales, sobre otras. Para todo el pensamiento crítico esta ha sido la mirada histórica de los poderosos. Nosotros suponemos que este complejo de superioridad, niega lo que existe, para poder así edificar artificialmente sus comunidades que permitirán según lo dice en su página oficial MIRA Companies, “favorecer el crecimiento individual y familiar”, fomentando “el balance en la vida diaria, la conciencia social y generar un sentido de pertenencia”.
Como vemos, teóricamente esta corporación niega la historia de un pueblo como el de Todos Santos. Y es importante subrayar como es que el discurso del capital lo niega elegantemente, con el lenguaje propio de la época. Y en el fondo, con la jerga de la sustentabilidad, busca esconder las implicaciones de su proyecto. Es fundamental subrayar también que el sometimiento de la historia de un pueblo a los principios de la acumulación capitalista es una condición sine qua non para el desarrollo de sus comunidades lo que es lo mismo decir que es condición necesaria para el mismo desarrollo capitalista.
Pero esta negación necesita un referente práctico, obviamente. Que se someta la historia, las prácticas culturales, las prácticas ecológicas, económicas, entre otras, no significa que estas prácticas no existan, no se den o dejen de darse súbitamente. Se dan, pero se siguen negando en otro nivel. Este nivel es precisamente el nivel de las mercancías. Todo lo que aparece frente a los proyectos capitalistas como los de MIRA Companies, aparece como una mercancía. En la Sexta Declaración de la Selva Lacandona los zapatistas hacen una síntesis muy precisa, y muy a su manera, de lo que Marx viene planteando desde el manifiesto del partido comunista y profundizando en el libro I de El Capital.
“Al capitalismo lo que más le interesa son las mercancías, porque cuando se compran y se venden dan ganancias. Y entonces el capitalismo todo lo convierte en mercancías, hace mercancías a las personas, a la naturaleza, a la cultura, a la historia, a la conciencia. Según el capitalismo, todo se tiene que poder comprar y vender.”
Esto lo dijeron los zapatistas en el 2005. Marx lo problematizó majestuosamente siglo y medio antes que ellos. Obviamente no hablaban de los mismo procesos de mercantilización. Sin embargo lo que interesa aquí destacar es lo que MIRA Companies y Tres Santos pensaría de esto. En una entrevista realizada por Baja Sur TV y reproducida la versión digital del semanario Proceso, el 15 de febrero de este año, el director general de esta corporación, Javier Barrios, mencionó que si bien hay conflicto con los pescadores de la playa Punta Lobos, particularmente porque en la primera fase del proyecto al construir un hotel boutique y un rompeolas, devastaron su espacio de trabajo, “la empresa no tiene nada en contra de los pescadores, sino al contrario los considera como un argumento de mercadotecnia, pues “todo el mundo está buscando autenticidad”. “¿Sabes lo auténtico que es ver a dos pescadores por la mañana lanzar sus lanchas al agua? No mames, es una experiencia que se queda por toda la vida”, aseveró.”
Como pudimos observar, el proyecto general de MIRA Companies tiene escondido procesos relativamente violentos y abiertamente despreciativos. El territorio está en peligro. Hay personas, cientos, que reconocieron el problema representado por Tres Santos para la historia y la memoria de este pueblo sudcaliforniano y se han puesto en guardia y han iniciado un proceso de resistencia.
Sin embargo, los representantes del gobierno en sus distintos niveles, las cámaras empresariales, los medios de comunicación convencionales y las cúpulas de poder de las instituciones educativas más importante en el Estado como los de la UABCS, se han doblegado al seductor canto de las sirenas, asumiendo la falsa responsabilidad ambiental y social de MIRA Companies. Lo que significa que los agentes políticos y los aparatos ideológicos del Estado, se encuentran al servicio del capital, matizando el abierto Desprecio contra uno de los pueblos más emblemáticos de Baja California Sur.
Valdría comentar que esta relación perversa entre el gobierno de Mendoza Davis y el gran capital no es algo que deba extrañarnos. Siglos atrás ya Marx había anunciado que el desarrollo del capitalismo no sería posible sino es a través del papel que juega el Estado en los mismo procesos depredadores para la acumulación. David Harvey (2005) explica esto en El Nuevo Imperialismo: acumulación por despojo:
“Una mirada más atenta de la descripción que hace Marx de la acumulación originaria revela un rango amplio de procesos. Estos incluyen la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad –común, colectiva, estatal, etc.– en derechos de propiedad exclusivos ; la supresión del derecho a los bienes comunes; la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas de producción y consumo alternativas; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de apropiación de activos, incluyendo los recursos naturales […]. El estado, con su monopolio de la violencia y sus definiciones de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos.”
Esta última idea nos da pauta para profundizar la reflexión en un segundo texto. El objetivo de la segunda parte del trabajo será elucidar como el Despojo y el desarrollo sustentable son dos caras de una misma moneda.
Bibliografía
ESCOBAR Arturo, “Sentipensar la tierra: nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia” ed. UNAULA, Medellin 2014.
GONZÁLEZ Luis, “Suave matria”, Revista Nexos, número 108, Diciembre 1986. Revisado noviembre 2013, en http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulov2print&Article=267094
HARVEY David, “El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión”, Ed. CLACSO, Buenos Aires 2005.
PORTO-GONCALVES Carlos Walter, “De saberes y territorios: diversidad y emancipación de la experiencia latino-americana”, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 8, no. 22. 2009
TODOROV Tzvetan, “Nosotros y los otros”, ed. Siglo XXI, México 1989
Documentos
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, en http://enlacezapatista.ezln.org.mx/sdsl-es/
Hemerografía
MATHIEU T., “Cuñado de Salinas detrás de un proyecto depredador en La Paz”, 15 de febrero 2016, Revista Proceso (digital), revisado en http://www.proceso.com.mx/430122/cunado-de-salinas-detras-de-proyecto-depredador-en-la-paz
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